El presidente Xi Jinping dejó claro su mensaje este martes 1 de octubre, en el 70 aniversario de la llegada de los comunistas al poder: China ya no es el país que tomó Mao, empobrecido y humillado internacionalmente.
En el desfile militar en Pekín, coreografiado hasta el más mínimo detalle y presenciado por la plana mayor del gobierno, participaron más de 15.000 efectivos militares y el 40% de armamento fue mostrado al público por primera vez, según medios oficiales.
«Ningún poder puede detener el progreso de la nación y el pueblo chinos». Fueron las palabras del presidente al mostrar sus nuevas armas





