El presidente francés Emmanuel Macron ha sido enfático en que quiere que su administración se fortalezca en el uso de las nuevas tecnologías.
En ese sentido, el presidente se está alistando para que Francia sea el primer país de Europa en utilizar el reconocimiento facial para la realización de trámites gubernamentales.
Si bien el mandatario espera que el programa de Autenticación en Línea Certificada en Móviles (ALICEM) comience sus operaciones este año para que los ciudadanos realicen pagos de impuestos o servicios públicos, la iniciativa ha despertado inquietudes entorno a la privacidad.
Los usuarios deben darle acceso a la aplicación para tomar un video selfie que permita escanear sus rostros y compara sus expresiones faciales con su foto del pasaporte. De acuerdo con el gobierno francés, el sistema es «completamente seguro», pues los datos de los usuarios serán eliminados automáticamente una vez termine el proceso.

