El científico británico sigue compartiendo sus teorías del universo después de su muerte.
En su último libro titulado Brief Answers to the Big Questions (Breves respuestas a las grandes preguntas), afirmó claramente que Dios no existía, ya que durante años se encontraba con personas que le decían que vivía gracias a Dios, pues Stephen pasó gran parte de su vida con esclerosis lateral amiotrófica.
Pese aunque Stephen siempre apoyó la ciencia y la creación a partir de esta, sus palabras tuvieron gran impacto, pues termina el libro de una manera muy fuerte en contra de la religión: «Durante siglos se ha creído que gente enferma como yo vivía así por la voluntad de Dios. Prefiero pensar que todo puede ser explicado de otra forma, a través de las leyes de la Naturaleza».