El cantante y productor declaró que fue muy inoportuno por parte de Donald Trump usar su éxito musical «Happy» (feliz) en una campaña de su gobierno después del tiroteo en Sinagoga, Pensilvania.
En cuanto Pharrell escuchó esta campaña hizo que sus abogados le enviaran una carta al presidente de Estados Unidos en la que le comunicaba que él no había autorizado que su música la emplearan para ese tipo de campañas y menos tras lo sucedido. «El día del asesinato en masa de 11 seres humanos de manos de un nacionalista loco, usted tocó la canción ‘Happy’ ante una multitud en un evento político en Indiana. No hubo nada ‘feliz’ respecto a la tragedia infringida a nuestro país el sábado y no se concedió ningún permiso para el uso de esta canción para este propósito».
Recientemente Pharrell se ha sumado a la lista de los artistas americanos que van en contra del gobierno de Trump por su racismo y sus fuertes discursos que apoyan la discriminación.