Aunque los automóviles eléctricos actualmente tienen la ventaja en la transición a la movilidad limpia, existen otras opciones cada vez más populares, especialmente el transporte público, como el hidrógeno.
Una de las principales ventajas de esta nueva tecnología es su cero emisiones de gases de efecto invernadero, ya que el agua es el único subproducto de la combustión.
Para producir hidrógeno, se pueden utilizar combustibles fósiles como el gas natural, a través de lo que se conoce como el proceso de Kvaerne.o bien empleando uno de los elementos más abundantes en nuestro planeta: el agua. Esto se lleva a cabo mediante electrólisis, que descompone el agua en oxígeno e hidrógeno. Hasta ahora, se requería agua dulce.
Para elegir entre agua potable y energía, el equilibrio se inclinó hacia el primero, ya que la desalinización es un proceso extremadamente hambriento de energía.
Una de las propuestas más avanzadas sería el desarrollo de embarcaciones que obtengan hidrógeno en el mar como fuente de energía, lo que les permitiría reemplazar el combustible altamente contaminante actualmente en uso. Y, por qué no, equipos de buceo que podrían generar oxígeno para los buzos.