Una molécula presente en el veneno de escorpión podría usarse para llevar medicamentos hasta el cerebro. Hoy cerca del 98% de medicamentos que podrían ser útiles en neurología no se pueden utilizar.
Investigadores del laboratorio de Péptidos y Proteínas del Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona han demostrado una vez más que los escorpiones tienen mucho que aportar a la ciencia. En la revista Chemical Communications presentaron una proteína pequeña (un péptido) derivada de la clorotoxina, que se encuentra en el veneno del escorpión amarillo (Giant Yellow Israeli scorpion) y que podría revolucionar los tratamientos neurológicos.
Los investigadores informaron que han hecho la síntesis química de la clorotoxina y de una serie de análogos, de menor longitud y más simplicidad, que mantienen parte de las propiedades del péptido original. Han evaluado la eficiencia en modelos celulares de barrera hematoencefálica que tienen en el laboratorio y han comprobado que el péptido denominado MiniCTX3 es capaz de transportar compuestos de diferente naturaleza «con gran eficacia» a través de esta barrera.
