«Menos es más” es la máxima a seguir a la hora de conseguir un maquillaje con acabado natural. Una base que proporcione un toque de color, unas mejillas jugosas, una mirada despejada y unos labios en los que se destaque su tono natural son claves a la hora de conseguir el efecto buena cara al momento.
Paso 1. Hidratación con un toque de color
La hidratación de la piel es esencial para prepararla correctamente. De esta forma, el acabado será homogéneo y evitarás que el maquillaje se parchee en las zonas más deshidratadas.
Paso 2. Un toque de rubor
Aplícalo en el centro de tus mejillas en sentido ascendente hacia tus pómulos. Un consejo de experto: Para conseguir un efecto de rubor natural, aplícate un pequeño toquecito de producto.
Paso 3. Profundiza tu mirada
Las pestañas son unas de las grandes armas para intensificar nuestra mirada, incluso sin maquillar los párpados, si las maquillas conseguirás más volumen en tus pestañas y una mirada amplia en un abrir y cerrar de ojos.
Paso 4. Labios con un brillo natural
El toque final, sin duda, lo ponen unos labios con brillo, que puede abarcar todos los tonos, desde los más naturales a los más intensos.